jueves, mayo 22, 2014

Final del proceso formativo "La Semana de los Proyectos"


Todo comenzó con gominolas!!!!!!!!!!!!!
Seguro que hay quien piensa que no es una manera seria de empezar un curso de formación para el profesorado, pero...
¿Hay algo mejor que arrancar un trabajo duro, lleno de incertidumbre y miedos con algo dulce, lleno de color y acompañado con las ironías sabias y llenas de humanidad y profunda pedagogía de Miguel Ariza?
Pues no!!!!!!
Y tenían el sabor de una apuesta segura.
Una apuesta que lleva la marca de un trabajo muy serio que siempre se presenta en un formado divertido que invita a la risa, al buen humor, al optimismo, a la esperanza.


Porque... sin duda educar es caminar en la esperanza de que con tu trabajo contribuyes a conseguir una sociedad mejor.



Y  acabó con galletas, pestiños y chocolatinas!!!








Y también con un salón lleno de docentes que llevan meses trabajando en equipo, haciendo grupo, intentando repensar su formación, su modo de avanzar en el difícil oficio de que niñas, niños, chicas, chicos, aprendan cosas sintiendo que el aprendizaje es un camino importante, que la educación tiene sentido, que ir a la escuela o al instituto es algo útil.
Hemos tenido la oportunidad de escuchar en pequeños resúmenes que se revolvían traviesos intentando extenderse porque la intensidad y la calidad del trabajo necesitaba tiempo y cinco minutos para recoger la ilusión, el trabajo, el entusiasmo de los más pequeñajos pero igualmente de sus profes, claramente se mostraban insuficientes.
Y es que las personas adultas cuando nos atrevemos a dejar entrar la vida a la escuela nos entusiasmamos tanto o más que nuestras criaturas y vivimos entre la incredulidad y el orgullo los logros que estaban agazapados esperando que les dejáramos mostrarse.


Y eso hace que en una tarde como esta, tal vez hayamos desaprovechado la ocasión para hablar sobre todo lo que ese trabajo tiene detrás:
La planificación, la coordinación docente, el repensar la educación, el abrir la mente a otros modos de relacionarse en el aula, con las familias...
Pero solo había un pequeño espacio de cinco minutos...
...y casi todos hemos elegido mostrar a los demás nuestras obras compartidas llenas de ilusión y ganas de seguir caminando.
Atrás quedan unos meses de trabajo conjunto en los centros, de reuniones (siempre con demasiada prisa) en las que hemos hablado de proyectos, de cómo investigar en el aula, de trabajo colaborativo (de su ruido y de su poder curativo) de evaluación, de inclusión, de cansancio, de ilusión, de dudas, de incertidumbres, de PEDAGOGÍA.
Pero después del contar, nos hemos permitido el lujo de poder trasladarnos a cada uno de los centros participantes con una minúscula pero fantástica muestra de ese trabajo.





Y hemos paseado entre los ramajes del impacto en el aula de una formación coherente con la metodología que predica "a aprender se aprende haciendo".
Una formación que pone gominolas y chocolatinas, mientras exige que te pongas a caminar y que no te preocupes de caer, que lo importante es levantarse y continuar camino, con la seguridad de que cada paso nos va a abrir camino a nuevas incertidumbre, nuevos retos, pero también a nuevas ilusiones.
Una formación que evalúa su éxito con pruebas evidentes de trabajo en el aula, de innovación, de cambio metodológico, de trabajo significativo, de colaboración con las familias y con la comunidad.
Y todo eso gracias sobre todo,a docentes que cada día se plantean el modo de crecer profesionalmente, pero también al esfuerzo de asesoras como mi "compi Ana" que están seguras de que tipo de formación realmente llega y como no, de grandes luchadores por el cambio como son los miembros del grupo iCOBAE