Pues si, leer va más allá de descifrar el código escrito y supone saber qué estamos leyendo y con qué intención fue escrito ya que muchas de las lecturas a las que estamos expuestas las personas no son lecturas inocentes.
¿Cómo podemos trabajar esa lectura crítica?
Una actividad de lectura interesante es analizar los anuncios publicitarios que vienen en un periódico y los que vienen en una revista del corazón.
¿Son iguales o diferentes?
¿a quién pensamos que van dirigidos unos y otros?
¿Las noticias de una y otra publicación son igual de importantes para nuestras vidas?
¿A que público va dirigida cada publicación?
¿Por qué?
¿Que nos parece eso?
El anuncio publicitario es un texto que puede aportar mucho a nuestro trabajo para conseguir esa lectura crítica y reflexiva que queremos.
El lenguaje publicitario tienen un marcado carácter conativo y el receptor se pretende que no sea un mero lector sino que se convierta en consumidor.
Es por ello que debemos conocer las estrategias que utiliza si queremos evitar ser presas fáciles de ese lenguaje diseñado de forma totalmente pensada y organizada sin dejar ni un solo detalle al azar para engatusarnos y convencernos de lo que el emisor del texto desea.
En el caso de esta actividad concreta estamos aprendiendo a ver los contenidos, los mensajes que se dirigen a un tipo de personas concretas y qué mecanismos se usan para ello.
Usar este tipo de debates sobre diferentes lecturas es “enseñar a leer”.
Y os puedo asegurar que las niñas y los niños aprenden desde muy pequeños a captar diferentes mensajes, diferentes lenguajes, trucos, “las mentirijillas de los anuncios”...
¿Cual es la verdadera dificultad de realizar algunas de estas actividades? Pues que quienes enseñamos no conocemos realmente como funcionan estos nuevos lenguajes y nos da miedo enfrentarnos a algo que para nosotros ya supone un reto.
Sin embargo, es fantástico iniciar ese camino de aprender juntos, en el que todos acabamos más sabios.
Recuerdo que nosotras grabábamos anuncios de juguetes en diciembre para analizar en clase con nuestras criaturas. Antes de ponerlos los veíamos nosotras en grupo para analizar que cosas nos parecía interesantes que salieran en el debate.
Nos íbamos a clase con un listado de detalles que nos parecían importantes para reflexionar en el grupo y siempre, siempre, siempre salíamos sorprendidas porque las niñas y niños encontraban cosas que nosotras no habíamos visto.
Si queremos educar verdaderas lectoras y verdaderos lectores debemos de mostrarles lo importante que es que tanto el que produce un texto como el que lo recibe dominen un código común y que si queremos tomar decisiones serias sobre algunas cosas debemos entender el valor intencional de los mensajes que recibimos y ser capaces de desentrañarlo.
¿Cómo podemos trabajar esa lectura crítica?
Una actividad de lectura interesante es analizar los anuncios publicitarios que vienen en un periódico y los que vienen en una revista del corazón.
¿Son iguales o diferentes?
¿a quién pensamos que van dirigidos unos y otros?
¿Las noticias de una y otra publicación son igual de importantes para nuestras vidas?
¿A que público va dirigida cada publicación?
¿Por qué?
¿Que nos parece eso?
El anuncio publicitario es un texto que puede aportar mucho a nuestro trabajo para conseguir esa lectura crítica y reflexiva que queremos.
El lenguaje publicitario tienen un marcado carácter conativo y el receptor se pretende que no sea un mero lector sino que se convierta en consumidor.
Es por ello que debemos conocer las estrategias que utiliza si queremos evitar ser presas fáciles de ese lenguaje diseñado de forma totalmente pensada y organizada sin dejar ni un solo detalle al azar para engatusarnos y convencernos de lo que el emisor del texto desea.
En el caso de esta actividad concreta estamos aprendiendo a ver los contenidos, los mensajes que se dirigen a un tipo de personas concretas y qué mecanismos se usan para ello.
Usar este tipo de debates sobre diferentes lecturas es “enseñar a leer”.
Y os puedo asegurar que las niñas y los niños aprenden desde muy pequeños a captar diferentes mensajes, diferentes lenguajes, trucos, “las mentirijillas de los anuncios”...
¿Cual es la verdadera dificultad de realizar algunas de estas actividades? Pues que quienes enseñamos no conocemos realmente como funcionan estos nuevos lenguajes y nos da miedo enfrentarnos a algo que para nosotros ya supone un reto.
Sin embargo, es fantástico iniciar ese camino de aprender juntos, en el que todos acabamos más sabios.
Recuerdo que nosotras grabábamos anuncios de juguetes en diciembre para analizar en clase con nuestras criaturas. Antes de ponerlos los veíamos nosotras en grupo para analizar que cosas nos parecía interesantes que salieran en el debate.
Nos íbamos a clase con un listado de detalles que nos parecían importantes para reflexionar en el grupo y siempre, siempre, siempre salíamos sorprendidas porque las niñas y niños encontraban cosas que nosotras no habíamos visto.
Si queremos educar verdaderas lectoras y verdaderos lectores debemos de mostrarles lo importante que es que tanto el que produce un texto como el que lo recibe dominen un código común y que si queremos tomar decisiones serias sobre algunas cosas debemos entender el valor intencional de los mensajes que recibimos y ser capaces de desentrañarlo.
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