Estos días estoy viajando por mis "blogs amigos" y todos huelen a verano.
Rebuscando entre las entradas del blog de Juan Mata "Discreto lector" encuentro una que me llama especialmente la atención, "Alguien nos habla" , por su similitud entre nuestros encuentros en la terraza del Catamarán en el paseo marítimo de Almería todos los finales de curso.
Mª José, Encarna y yo, quedábamos para tomar un café que acababa enlazando con una cerveza nocturna.
Una libreta, un lápiz y una charla sobre cómo había ido el curso, sobre todo aquellas cosas de todos los proyectos comunes que debíamos mejorar en ediciones sucesivas.
Las risas divertidas ante las ocurrencias de nuestras niñas y niños, la sorpresa de algunas de nuestras criaturas tan imaginativas y con tanta pasión en el cuerpo, la voluntad frágil de no enfadarnos en el aula...
También a veces recuerdos emocionados de situaciones duras que se nos escapaban de las manos y la impotencia de no poder llegar más lejos, pero ahí nacían nuestras propuestas para el próximo curso.
Cada año mejores, más ambiciosas, intentando no volver a cometer antiguos errores, fuimos atreviéndonos a sacar nuestro trabajo a la calle, a pedir ayudas externas, a trabajar con las familias, con el ayuntamiento, con otras administraciones y sorprendentemente nos respondieron.
Fuimos también contagiando ese espíritu en algunas compañeras y compañeros del cole y en algunos proyectos conseguimos embarcar a todo el centro, incluso hicimos proyectos intercentros.
Me ha hecho reflexionar sobre la importancia de los lazos afectivos también en el trabajo, sobre la fuerza de querer cambiar las cosas y sobre como a veces una memoria informal, escrita en una pequeña libreta, y un proyecto de trabajo fraguado entre risas y atrevimientos puede ser más fuerte que todas las reuniones de ciclo, los claustros y los proyectos curriculares de centro que hacíamos de forma no sentida y para cumplir el expediente.
Creo que los "papeles" son necesarios, pero ¿cómo conseguir que sean sentidos? ¿cómo lograr que la preocupación fundamental no sea que los objetivos estén bien redactados y que le gusten al inspector? ¿cómo alcanzar que se llenen de ganas, de pasión, de fuerza, de miedos a los que no se teme, de atrevimientos que no importa que sean errores porque nos van a ayudar a aprender?
Escucho que en Cataluña los centros van a poder organizarse libremente, sin ningún tipo de trabas, que puede unir grupos como quieran, "romper puertas e incluso paredes". Espero que sepan aprovecharlo para que las escuelas sean verdaderamente espacios inclusivos de educación, aunque también me da miedo porque pueden convertirse en todo lo contrario.
De cualquier modo, estoy segura que siempre continuaran existiendo esas redes informales, atrevidas y capaces de reir y llorar juntas, de atreverse a cambiar cosas.
Esa entrada del blog de Juan Mata me regala también un título, un futuro libro para leer "tumbas de poetas y pensadores", ¡gracias Juan!
...muucho de eso ha tenido el camino hacia el #eabe10 y el propio #eabe10 - Guadix.
ResponderEliminarEl reto es poder infundir ese espíritu para el #eabe11 y para que siga 'calando' en la escuela.
Desde luego Paco, el #eabe10 ha sido ese grupo informal, divertido, con ganas de mejorar y cambiar cosas, que consigue lo que se propone aún con los apoyos mínimos.
ResponderEliminarPara mí ha sido un lujo formar parte, porque me ha enseñado el lado más humano de las TICs.
Efectivamente tenemos un reto con el #eabe11, ya que sabemos que podemos-
Ahora toca concretar cosas, para avanzar y no quedarnos solo en el encuentro ¡todo un reto!, pero tengo la sensación de que lo vamos a conseguir.