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domingo, enero 24, 2010

Educar con la prensa

Hoy estaba preparando algunos materiales para una formación en centros con la que voy a trabajar la prensa como tipo de texto y me ha venido a la memoria una anécdota preciosa que me ocurrió trabajando con el periódico en mi aula de primero de primaria.
Es un texto que recomiendo como uno de los grandes recursos educativos, permite trabajar todos los ámbitos del lenguaje, investigar, conocer y estar al tanto de la actualidad..., y como en este caso que os cuento ayuda a desarrollar la capacidad crítica del alumnado.
Teníamos como rutina que un niño o niña de la clase cada día se llevaba el periódico a casa y preparaba con su familia una noticia que compartía con nosotros al día siguiente.
Cuando acababa de contarla, el resto de la clase preguntaba o comentaba sobre el tema y después la pinchábamos en un corcho con las noticias de la semana.
Todos los viernes se tiraban y se dejaba el corcho en blanco para la semana siguiente.
A veces las noticias daban para muchos comentarios, (sobre todo si habían tenido repercusión en televisión) y en otras ocasiones solo la escuchábamos sin más.
Recuerdo un día que la noticia iba sobre una denuncia o queja sobre las condiciones en alguna cárcel.
Cuando acabamos de escucharla se levantaron algunas manos para expresar su conformidad con las protestas de los presos, ya que según decían tenían derecho a una vida lo más digna posible dentro de la cárcel.
Cuando ya los comentarios se hacían repetitivos yo dí por cancelada la actividad y me dirigí a pinchar la noticia en el corcho.
Entonces, escuché una voz tenue, casi temerosa que decía:
.- si están en la cárcel es porque han hecho algo malo.
Me giré interesada y dije:
.- Claro, si están en la cárcel es por algo.
Solo eso sirvió para que se alzarán un buen grupo de voces que de repente condenaban las actuaciones de aquellas personas, las mismas criaturas que hacía segundos creían en los derechos de todos los seres humanos, empezaron a analizar de modo muy diferente la noticia y a no estar tan seguros que las condiciones de las cárceles debieran de ser tan gratas.
Yo los escuchaba y escuchaba en sus argumentos los argumentos de los adultos.
De repente Jose me preguntó:
.- Maestra y tú ¿que piensas?
.- No lo sé Jose, los mayores no hemos podido encontrar respuesta a esos problemas. Algunos mayores creen que las personas tienen que llevar una vida lo más digna posible incluso en la cárcel y otras personas creen que quien hace algo malo debe de pagar por ello a veces incluso con la pena de muerte. Los adultos no hemos podido encontrar una solución que nos parezca bien a todos.
.- Pues yo creo que se lo que hay que hacer.
.- ¿y qué es?
.- Pues yo creo que habría que educarlos maestra.
Siempre que lo cuento me emociono y eso que han pasado unos años.

2 comentarios:

  1. Anónimo9:56 a. m.

    Qué pena que no haya más "Joses" en el mundo. Qué gran lección...
    Comprendo que te emociones, porque no es para menos.

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  2. Tienes toda la razón, pero lo bueno es que los "Joses" aumentan cuando reciben una educación que les permite opinar, reflexionar, valorar ideas

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