Hoy he visionado con mis compañeras de asesoría un vídeo sobre la preparación que hacen una pareja de criaturas de 5 años para realizar una exposición oral sobre el cuerpo humano.
La actividad consistía en que por parejas tenían que elaborar un guión escrito que les sirviera de apoyo para contar luego al resto de la clase cuales eran sus conocimientos previos sobre el tema del proyecto que van a comenzar.
Ha sido genial ver a “dos miniaturas” de 5 años hablar animadamente sobre que tenían que poner en el papel para luego contarles a los demás. Discutiendo sobre que era importante, que letras poner, si hacer o no dibujos...
La maestra ha grabado también el ambiente de la clase. Todos trabajando en su “guión” en parejas, con bastante ruido de fondo, un ruido productivo, intenso, lleno de ideas sobre el cerebro, la sangre, los sentidos, la digestión, las caídas y las enfermedades. Un ruido lleno de decisiones sobre el contenido de un texto, las letras, la organización en el folio.
De vez en cuando alguno se sale de su trabajo, pero solo para ir a otra pareja a ver cuales son sus ideas, ninguno abandona el trabajo para hacer otra cosa diferente.
Los rostros son de interés por la tarea, de vez en cuando se abren los ojos con de alguno con la sensación de haber encontrado algo interesante que el resto no sabe. Algunas caras expresan el esfuerzo de no encontrar como poner lo que quieren, o de como explicar a quien tiene el lápiz cómo tiene que escribir lo que no acaba de saber.
Piensan, hablan, discuten, dialogan, conversan, debaten, polemizan deliberan...
Después la exposición ante el grupo. El esfuerzo por leer lo que pone de algunos, de recordar lo que querían poner de otros, la soltura de otros para usar el papel como un autentico guión de apoyo que solo hay que mirar para recordar...
Momentos de reflexión compartida en el que todo el grupo crece y mejora su competencia lingüística oral y escrita.
También crece con ellos su maestra, que días después va a utilizar el vídeo con otro grupo de compañeras para analizar la actividad, encontrar junto con ellas aspectos para mejorar la actividad, debatir sobre la práctica docente.
Tengo la suerte de compartir con ellas esos espacios y esos tiempos y aprender juntas como mejorar día a día la educación de nuestras niñas y de nuestros niños y de cómo crecer como docentes y como personas.
La actividad consistía en que por parejas tenían que elaborar un guión escrito que les sirviera de apoyo para contar luego al resto de la clase cuales eran sus conocimientos previos sobre el tema del proyecto que van a comenzar.
Ha sido genial ver a “dos miniaturas” de 5 años hablar animadamente sobre que tenían que poner en el papel para luego contarles a los demás. Discutiendo sobre que era importante, que letras poner, si hacer o no dibujos...
La maestra ha grabado también el ambiente de la clase. Todos trabajando en su “guión” en parejas, con bastante ruido de fondo, un ruido productivo, intenso, lleno de ideas sobre el cerebro, la sangre, los sentidos, la digestión, las caídas y las enfermedades. Un ruido lleno de decisiones sobre el contenido de un texto, las letras, la organización en el folio.
De vez en cuando alguno se sale de su trabajo, pero solo para ir a otra pareja a ver cuales son sus ideas, ninguno abandona el trabajo para hacer otra cosa diferente.
Los rostros son de interés por la tarea, de vez en cuando se abren los ojos con de alguno con la sensación de haber encontrado algo interesante que el resto no sabe. Algunas caras expresan el esfuerzo de no encontrar como poner lo que quieren, o de como explicar a quien tiene el lápiz cómo tiene que escribir lo que no acaba de saber.
Piensan, hablan, discuten, dialogan, conversan, debaten, polemizan deliberan...
Después la exposición ante el grupo. El esfuerzo por leer lo que pone de algunos, de recordar lo que querían poner de otros, la soltura de otros para usar el papel como un autentico guión de apoyo que solo hay que mirar para recordar...
Momentos de reflexión compartida en el que todo el grupo crece y mejora su competencia lingüística oral y escrita.
También crece con ellos su maestra, que días después va a utilizar el vídeo con otro grupo de compañeras para analizar la actividad, encontrar junto con ellas aspectos para mejorar la actividad, debatir sobre la práctica docente.
Tengo la suerte de compartir con ellas esos espacios y esos tiempos y aprender juntas como mejorar día a día la educación de nuestras niñas y de nuestros niños y de cómo crecer como docentes y como personas.
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