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martes, marzo 16, 2010

Estoy utilizando mi cerebro

El uso de registros de lo que pasa en nuestras aulas es una de las herramientas mas potentes de mejora de nuestra práctica educativa.
He aquí un ejemplo de análisis de lo que nos sucede, de cómo lo abordamos, de como lo vivimos, de qué nos preocupa y cuáles son nuestros avances.
Este compartir con un grupo de compañeras preocupadas por mejorar un mismo aspecto de la vida del aula es lo que nos está ayudando a crecer como profesionales.
Nos costaba al principio escribir, exponer nuestras aulas a la observación de las demás, pero nosotras vamos también progresando en ese aspecto. Cada vez es más fácil abrir las puertas de nuestros quehaceres, de nuestras mentes, de nuestras preocupaciones y eso sobre todo, porque estamos viendo que es la mejor manera de avanzar como maestras.
Estamos aprendiendo a mirar, a encontrar caminos, a ayudar a nuestras alumnas y alumnos a ser mejores aprendices.
No he podido resistirme a copiaros el correo que recibí de Natalia, maestra de la SAFA y una de mis brujas favoritas.
No podía venir a nuestra siguiente sesión del “proceso formativo en torno al lenguaje oral” pero nos manda su vídeo, que es uno de los que vamos a analizar con el grupo y nos contextualiza la situación en el texto que os he copiado:

¡Hola Carmen! ¿Qué tal? ¿Anda ya la nueva grabación en vuestras manos?
Tal y como te comuniqué os la voy a contextualizar, destacar lo que vi interesante y realizar una crítica en todo aquello que yo he visto como mejorable.
Para hacer esta exposición, estuvimos trabajando dos días.
Una tarde de un martes nos juntamos en la clase varias parejas de niñas y niños con las madres que se comprometieron a colaborar y querían turno de tardes, para preparar un primer borrador. Seleccionamos libros, leímos, seleccionamos información y escribimos lo que consideramos importante para comunicar. Acordamos ya lo de hacer un dibujo y hacer a los compañeros/as que experimentaran la oscuridad.
A la semana siguiente, también martes por la tarde, nos reunimos de nuevo para hacer nuestro trabajo definitivo, repartirnos el guión y ensayar para mejorar la exposición.
La exposición la realizaron el miércoles por la mañana a primera hora.
Esta pareja en concreto, creo que retrocedió en naturalidad con respecto a su presentación de la vez anterior.
El guión, seguirlo, no olvidar ...les hizo estar demasiados atados a papel.
Curiosamente aunque tenían marcados y escritos los puntos que iban a presentar cada uno, alteraron el orden desde el principio.
A mí me resultó muy larga y al resto de la clase creo que también ( se ve la actitud final del grupo)
El recurso de pintar en la pizarra pudo ser interesante pero fue quizás el responsable de que se eternizara la cuestión.
De ese momento destacar que buscan el papel para recordar los nombres de las partes del ojo. Actúan como equipo (uno deletrea y ella escribe). Por otro lado, Quino era capaz de corregir con seguridad a Violeta en lo que se estaba equivocando (iris como pupila).
Utilizan dos ejemplos para hacer partícipes a sus compañeros/as. Quino dice al principio en voz bajita "¡taparos los ojos!" y el personal les obedeció y además muchos afirman ver lo que comentan que está ocurriendo.
Otro ejemplo de técnica que usan para dinamizar y que ocurre la final es cuando Quino se mantiene sin parpadear. consiguen captar la atención. ( en el vídeo he visto que parpadeó antes, un niño lo vio y expresó y yo le dije que no).
En el diálogo de la asamblea se oyen comentarios en los que utilizan conocimientos ya aprendidos de otras exposiciones : "estoy utilizando mi cerebro".
En la pizarra, cuando hablan de la pupila, Violeta saca del bolsillo una pequeña linterna amarilla que luego utilizamos para dilatar las pupilas y ver cómo se agrandaban y encogían.
La parte final sobre el parpadeo y las lágrimas también estaba en el esquema y resultó mucho más amena y espontánea.
No recogimos intervenciones de los otros /as porque ya no aguantaban más.
Estas vez he intervenido más. para poner orden, recordar que iban a dibujar, alguna palabra que no entendían, hacer hincapié en el parpadeo...
Destaco que en muchas mi intencionalidad era ayudar a centrar al grupo y que me sorprendo del tono autoritario que me oigo. así como el de maestra "recalcante" (parpadeo- no parpadeo).
A mi lado( porque a veces parece que hablo sola) estaba una compañera de apoyo que vino a recoger una niña y se quedó en la exposición.
Personalmente vuelvo a repetir que esta vez tuve la sensación (igual que en el curso anterior) que en la segunda grabación había más rigidez y atadura que en la primera.
Curiosamente, en las posteriores, vuelve a surgir la naturalidad quizás porque hemos ido viendo poco a poco el papel de los guiones y por tanto, perdiendo el miedo.
Bueno, ando ya cansadita. Os dejo. Si queréis más detalles para que pueda ser lo más claro posible, me llamáis o escribís. Besitos a todas.

¡El ejemplo que nos relata Natalia es de criaturas de cinco años!
Tenemos niñas y niños de infantil y de primaria preparando, exponiendo y analizando el discurso oral formal.
Y maestras alucinadas de ver como se implican y cómo avanzan en sus exposiciones día a día.
Estamos buscando lecturas o experiencias en torno al texto expositivo oral para compartir, analizar, contrastar y todo lo que encontramos está centrado en alumnado de edades mucho más avanzadas, sobre todo secundaria.
Pues bien, desde infantil no solo se puede, sino que se debe comenzar a abordar la oralidad como parte del proceso necesario para compartir el conocimiento. Ya que las criaturas son esponjas y poseen una capacidad de análisis asombrosa y divertida.
Su modo de llegar a ciertas conclusiones no deja de ser genialmente tierno, cuando ya empiezan a usar el guión como recordatorio y no intentan leer textualmente:
"estoy utilizando mi cerebro".

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