Estamos en medio de esa ola de titulares impactantes en torno a la educación, ahora le toca al informe PISA y lo mal parados que salimos, bueno y además hoy he escuchado una noticia en televisión sobre una madre que agredió a una maestra.
Tengo ganas de escuchar en televisión con un titular rimbombante que ocurre algo bueno en nuestras escuelas, que seguro que si investigan con la cantidad de buenos periodistas que tienen encuentran.
Es verdad que tenemos mucho que mejorar en nuestro sistema educativo, pero también es cierto que hemos avanzado mucho, el solo hecho de que se nos reconozca lo bien que lo hacemos en equidad ya es casi tan importante como esos otros resultados que tanto nos duelen:
"en los niveles socioeconómicos más modestos los alumnos españoles obtienen mejores resultados que los del promedio OCDE" (pág 153 del informe)
Lo triste no es que nos suspendan, cosa que podría servirnos para recapacitar, analizar y hacer propuestas serias de mejora, lo verdaderamente triste, es que es un mensaje más ,dentro de los muchos que podemos escuchar en estos tiempos que vivimos de desaliento, de un pesimismo exacerbado en la educación que creo que es lo que verdaderamente nos hace más daño.
Por eso, me ha gustado leer la entrada sobre el tema de Fernando Trujillo en su blog De Estranjis en la que nos invita a hacer una lectura pausada del informe y analizar si al comenzar la carrera todos salimos desde el mismo lugar y si el firme del circuito que corremos nos ayuda a todos de la misma manera.
También creo que nos ayuda a la reflexión esta otra entrada de Miguel Ángel Santos Guerra en su blog.
Son muchas y muchos quienes están luchando porque la escuela mejore y eso debe de verse reflejado en algún sitio, en algún titular televisivo o en algún informe que desgrane los logros de muchas de esas personas a pesar de los entornos más duros.
Deberíamos gritar bien alto que no nos gusta esa imagen que dan de nosotros los medios de comunicación de "inútiles monigotes asustados" a los que vapulean las familias y los niños, de víctimas acobardadas que no son capaces de defenderse, o culpables absolutos del mal de nuestra sociedad.
El profesorado tiene herramientas para luchar contra ese modelo:
Y desde luego, analicemos que es lo que verdaderamente queremos conseguir, a que mundo aspiramos, que sociedad queremos y luchemos por eso.
Tengo ganas de escuchar en televisión con un titular rimbombante que ocurre algo bueno en nuestras escuelas, que seguro que si investigan con la cantidad de buenos periodistas que tienen encuentran.
Es verdad que tenemos mucho que mejorar en nuestro sistema educativo, pero también es cierto que hemos avanzado mucho, el solo hecho de que se nos reconozca lo bien que lo hacemos en equidad ya es casi tan importante como esos otros resultados que tanto nos duelen:
"en los niveles socioeconómicos más modestos los alumnos españoles obtienen mejores resultados que los del promedio OCDE" (pág 153 del informe)
Lo triste no es que nos suspendan, cosa que podría servirnos para recapacitar, analizar y hacer propuestas serias de mejora, lo verdaderamente triste, es que es un mensaje más ,dentro de los muchos que podemos escuchar en estos tiempos que vivimos de desaliento, de un pesimismo exacerbado en la educación que creo que es lo que verdaderamente nos hace más daño.
Por eso, me ha gustado leer la entrada sobre el tema de Fernando Trujillo en su blog De Estranjis en la que nos invita a hacer una lectura pausada del informe y analizar si al comenzar la carrera todos salimos desde el mismo lugar y si el firme del circuito que corremos nos ayuda a todos de la misma manera.
También creo que nos ayuda a la reflexión esta otra entrada de Miguel Ángel Santos Guerra en su blog.
Son muchas y muchos quienes están luchando porque la escuela mejore y eso debe de verse reflejado en algún sitio, en algún titular televisivo o en algún informe que desgrane los logros de muchas de esas personas a pesar de los entornos más duros.
Deberíamos gritar bien alto que no nos gusta esa imagen que dan de nosotros los medios de comunicación de "inútiles monigotes asustados" a los que vapulean las familias y los niños, de víctimas acobardadas que no son capaces de defenderse, o culpables absolutos del mal de nuestra sociedad.
El profesorado tiene herramientas para luchar contra ese modelo:
- La primera es el respeto y el cariño a su alumnado y a sus familias.
- El trabajo colaborativo dentro de los centros para consensuar normas junto con toda la comunidad educativa.
- La puesta en marcha de cambios metodológicos que ayude al alumnado a encontrar sentido a lo que hace.
- La difusión de los trabajos que merecen la pena.
- La crítica y la lucha por la mejora de la condiciones centros de trabajo.
- La denuncia de quienes no se mueven porque no quieren.
- La alegría y el optimismo.
Y desde luego, analicemos que es lo que verdaderamente queremos conseguir, a que mundo aspiramos, que sociedad queremos y luchemos por eso.