¡Un día agotador!
Vengo de unas jornadas de coordinación entre servicios educativos (inspección, orientación, formación): “ Compartir mensajes, conseguir éxitos”. El título es algo pretencioso pero con un fondo real.
En una de las conferencias revisamos los resultados de las pruebas de diagnóstico que realmente no nos aportan nada nuevo sobre este sol nuestro que este invierno parece querer abandonarnos también.
Necesitamos mejorar, no progresamos adecuadamente, nuestros resultados en competencia lingüística y matemática no son los que cabría esperar.
¿Y ahora qué? ¿de quien es la culpa? ¿cuales son las causas? ¿cómo lo solucionamos? ¿quién puede solucionarlo?
Difíciles respuestas.
Efectivamente una coordinación entre los diferentes servicios educativos podría ayudar a mejorar la atención de los centros, llevar un mensaje común.
En algo tan concreto como la mejora de la competencia lingüística debiera de ser fácil, pero nada más lejos de la realidad.
En un mismo centro educativo podemos encontrar propuestas tan dispares como:
.- El libro de texto no sirve como herramienta que ayude a mejorar la competencia lingüística,
.- Hay que añadir además del libro de texto, tal o cual cuadernillo o método de fichas de comprensión lectora.
¿Cómo encontrar entonces unos cauces mínimos de coordinación para llevar un mensaje común?
¿Puede hacerse? yo quiero ser optimista y pensar que sí.
¿Alguien duda de que la existencia de unas buenas bibliotecas en los centros, bien dotadas y funcionando de forma adecuada, mejorarían la competencia lingüística del alumnado?
Pues vamos a ello desde todos los servicios, vamos a ofrecer formación, pero vamos a proporcionar también las coberturas legales para que exista un plan lector y escritor, una organización y un horario que posibilite su existencia y su funcionamiento.
Que su uso se refleje en el Proyecto educativo de Centro y en cada una de las programaciones de aula del profesorado.
Que se planifiquen actividades de lectura y escritura de diversos tipos de texto que necesiten del uso de la biblioteca.
Que sea un lugar donde se investigue y se acceda al conocimiento en diferentes formatos.
Que la biblioteca se renueve periódicamente con todo tipo de aportaciones incluidas las aportaciones de los trabajos realizados por el alumnado.
Vengo de unas jornadas de coordinación entre servicios educativos (inspección, orientación, formación): “ Compartir mensajes, conseguir éxitos”. El título es algo pretencioso pero con un fondo real.
En una de las conferencias revisamos los resultados de las pruebas de diagnóstico que realmente no nos aportan nada nuevo sobre este sol nuestro que este invierno parece querer abandonarnos también.
Necesitamos mejorar, no progresamos adecuadamente, nuestros resultados en competencia lingüística y matemática no son los que cabría esperar.
¿Y ahora qué? ¿de quien es la culpa? ¿cuales son las causas? ¿cómo lo solucionamos? ¿quién puede solucionarlo?
Difíciles respuestas.
Efectivamente una coordinación entre los diferentes servicios educativos podría ayudar a mejorar la atención de los centros, llevar un mensaje común.
En algo tan concreto como la mejora de la competencia lingüística debiera de ser fácil, pero nada más lejos de la realidad.
En un mismo centro educativo podemos encontrar propuestas tan dispares como:
.- El libro de texto no sirve como herramienta que ayude a mejorar la competencia lingüística,
.- Hay que añadir además del libro de texto, tal o cual cuadernillo o método de fichas de comprensión lectora.
¿Cómo encontrar entonces unos cauces mínimos de coordinación para llevar un mensaje común?
¿Puede hacerse? yo quiero ser optimista y pensar que sí.
¿Alguien duda de que la existencia de unas buenas bibliotecas en los centros, bien dotadas y funcionando de forma adecuada, mejorarían la competencia lingüística del alumnado?
Pues vamos a ello desde todos los servicios, vamos a ofrecer formación, pero vamos a proporcionar también las coberturas legales para que exista un plan lector y escritor, una organización y un horario que posibilite su existencia y su funcionamiento.
Que su uso se refleje en el Proyecto educativo de Centro y en cada una de las programaciones de aula del profesorado.
Que se planifiquen actividades de lectura y escritura de diversos tipos de texto que necesiten del uso de la biblioteca.
Que sea un lugar donde se investigue y se acceda al conocimiento en diferentes formatos.
Que la biblioteca se renueve periódicamente con todo tipo de aportaciones incluidas las aportaciones de los trabajos realizados por el alumnado.
¿Podríamos llevar ese mensaje y volcar nuestros esfuerzos en el desarrollo del mismo desde la formación, la orientación y la inspección? Parece sencillo y parece obvio ¿no?
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