viernes, febrero 05, 2010

Abuela

Bruja: Mujer sabia, intuitiva, inteligente, adivina, empática, pícara, divertida...
Esta es mi definición de bruja y por eso me gustan tanto.
He tenido la suerte de tener muchas brujas a mi alrededor y además creo que todas las puedo ligar a los cuentos, a la literatura.
La primera de mis brujas fue mi abuela Antonia, de la mano de ella entré en el apasionante mundo de la fantasía, en un mundo lleno de ilusión, adjetivos y rimas.
Recuerdo su "...gallo Kiriko que no es nada humano, le da con el pico y se come al gusano...", que le hacíamos repetir una y otra vez.
Recuerdo esas siestas interminables del caluroso verano en las que se subía con nosotros (sus nietas y nietos) a las "salas" para contarnos historias; unas inventadas y muchas otras reales pero no por eso menos apasionantes.
De su mano conocí sin saberlo a Rubén Darío, a Espronceda, a Gloria Fuertes, a Quevedo...
Y al gran poeta de nuestra tierra José Martínez Álvarez de Sotomayor:


Q'al lao de osté, madre,
semos tos lo mesmo,
y las mesmas fiestas a los dos nus hace
y del mesmo bollo nus da que comamos,
y los dos durmemos en el mismo catre,
manque sea feico;
¡manque no me mire ni me llame naide!


Los conocía a todos sin saber sus nombres ya que ella lo había aprendido todo a través de la narración oral. Mi abuela era autodidacta, aprendió a leer y a escribir sola y poseía una memoria prodigiosa para guardar historias y una capacidad impresionante de transformarlas en una aventura cuando las narraba:


Don Palillo de Madera
nació cerca de la sierra.
De la sierra de serrar
y no de la de nevar.
Un día de fuerte viento,
se escapó de su aposento:
-"Yo no quiero ser vulgar
y mi deseo es triunfar".
Se puso robusto y sano
que parecía un gusano.
Y acabó el pobre palillo
pinchado en un pepinillo.


Lo entonaba, lo gesticulaba y lo vivía de tal manera que con ella cruzábamos la puerta de la fantasía y acompañábamos a un Don Palillo vestido de general de caballería cabalgando sobre el viento.

Ahora, que ya no la tengo cerca, si quiero sentir su abrazo, solo tengo que recordar sus intensos ojos azules y su mirada dulce recitando:


La princesa está triste... ¿Qué tendrá la princesa?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
La princesa está pálida en su silla de oro,
está mudo el teclado de su clave sonoro,
y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.


Mi abuela me acercó a la literatura, o mejor dicho, mi abuela me mostró como la literatura puede acercar a las personas.
Años después cuando fui poniendo nombres a los autores de sus historias y las descubrí de nuevo en los libros,, encontré un nuevo camino hacia ella, ahora..., cada vez que abrazo un libro, la siento cerca.

7 comentarios:

Anna dijo...

La princesa está triste...
Gracias brujilla, por este regalo. Palabras que evocan recuerdos dulces y aunque bañadas de lágrimas por la emoción, me llegan al alma. Gracias de nuevo.
De todas nuestras brujas, la abuela Antonia fue y será para siempre nuestra Bruja Mayor.... Capaz de hacer dulce, el sabor de las lágrimas saladas...

PD.: Y para cuando lea esto, allá donde esté: TE QUIERO, MI BIEN!!!

Anónimo dijo...

Ola Ana soy una compañera de tu mama y como sabe que me gustan todas las cosas de tu abuelita,yo tabaje para ella.La recuerdo con mucho cariño,y me recuerdas que yo tambien tenia una abuela muy sabia ,mi abuela me contaba las cosas de la vida como en historias para que las comprendiera mejor .Las abuelas son tan sabias ,tan dulces,cariñosas etc ,que creo jamaslas olvidaremos ,nos han enseñado tantas cosas y lo que ellas nos enseñaron nos perdurara en la vida

CARMENCA dijo...

Gracias por tu comentario, si que es verdad que las abuelas son personas muy importantes.
Tienen el tiempo, la experiencia y la sabiduría que las madres y los padres aún no tienen y también una segunda oportunidad con las nietas y los nietos

Toni Cañabate dijo...

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Mercedes Navarro Carmona dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
aurora dijo...

Cuando leo todo lo que se refiere a tu abuela Antonia. Mi Tía, sólo disfrutada unas pocas horas en una breve visita, tengo que sentir por fuerza una gran emoción, me recuerda los mismos cuentos y estribillos de su hermano Antonio. MI padre. El no tuvo tiempo de transmitirlos a sus nietos, no llegó a conocerlos.
Gracias por hacer presente el recuerdo de una persona tan dulce y generosa, tu Abuela. Un abrazo Aurora

Carmen Cañabate dijo...

uerida Aurora, me encanta tenerte aquí.
Me encanta y me emociona porque la abuela echaba de menos ese contacto con sus hermanos que la vida en otras épocas hacía mas difícil.
Me hace ilusión que hayas llegado hasta aquí.