Un barrio pobre.
Con escuela, con escuelas.
Un barrio que a pesar de tanta lisonja
en los papeles, en las palabras, siente a diario el peso de la
penuria y el olvido.
Un barrio con escuela, con escuelas...,
donde es fácil y común escuchar el manido discurso del “no se
puede”.
Sin embargo, cada cierto tiempo la
evidencia se empeña en gritar con coros de voces infantiles que si
se puede, que la utopía no es el horizonte hacia donde caminamos sin
llegar nunca, sino que está ahí, justo al alcance de la mano, que
solo tienes agarrarla, que se te ofrece.
Y cada cierto tiempo llega alguien al
barrio que la atrapa y la exhibe poniendo en evidencia lo fácil que
es vivir la quimera del éxito en un barrio pobre.
Se puede, claro que se puede, cuando de
verdad se trabaja creyendo que se puede y no en la comodidad que
proporciona el discurso de “la culpa es de otros”.
Esta tarde, entre alguna lágrima
fugitiva, he podido vivir con entusiasmo un cachito de esa utopía.
La Chanca camina hasta la escuela es un
proyecto de un grupo de niñas y niños que cuando su maestra les
deja espacio para hablar y reflexionar sobre los problemas de su
barrio, deciden que ellas y ellos pueden ser protagonistas de la
mejora de su entorno, en definitiva de sus vidas.
Y se lo creen, se lo creen junto a su
maestra, a sus familias y unen fuerzas para avanzar hacia un barrio
mejor, un barrio donde para empezar a atrapar nuevos horizontes,
todas las niñas y los niños vayan a la escuela.
Y lo chillan en todos los lenguajes que
se le ofrecen, con la palabra, con la imagen que les brinda una cámara,
y sobre todo..., con el ofrecimiento voluntario, altruista de
colaborar como acompañantes de otras niñas y niños más pequeños
para que no dejen ni un solo día de ir a la escuela, dejando en evidencia esa burocracia absurda, engañosa y cara que vende que hace cuando no hace nada y que permite que en pleno siglo XXI en el "primer mundo" siga habiendo niñas y niños a quienes se priva del derecho sagrado a la educación sin que a nadie nunca le pase nada.
Y eso convence a otros mayores para
unirse a la causa, para convencer, para gritar, para cantar con ellos
la importancia de la escuela, de una escuela que no acaba de
gustarles, pero que solo si la “okupan”, la hacen suya, la
conquistan..., podrán cambiarla.
Esta tarde, he visto niñas y niños
muy listos, que hablan con un discurso claro, coherente, inteligente,
crítico e ilusionante, haciendo propuestas sencillas e inteligentes.
Se puede.
Claro que se puede.
Y mientras el mundo real se pierde entre burocracias absurdas
llenas de excusas, en poco tiempo, pero por desgracia, cada mucho
tiempo, llegan personas que se “arremangan” lo consiguen y lo
muestran.
Por desgracia, duran poco, se van, las
echan, o no las retienen...
Siempre queda la esperanza de que en el
corazón, en el cerebro, en las entrañas de esas niñas y niños con
los que ha estado luchando cuerpo a cuerpo por un mundo mejor, quede
para siempre la fuerza, las ganas, la esperanza de que la utopía, si
se quiere, se atrapa.
5 comentarios:
Hola como estas? soy seguidora de tu blog, pase a dejarte un regalito!!! cuando puedas retiralo por mi blog:
http://secretos-marlove.blogspot.com.ar/
un besito!!!!!
Muchas gracias, me encanta saber que desde tan lejos alguien lee lo que escribo y le gusta.
Un abrazote.
Ay!!! Carmencica ¡¡¡Cuánto disfrutarías!!!
SI SE PUEDE!!!!
QUERER CAMBIAR LAS COSAS...
ES LO MÁS IMPORTANTE.
Y estas MAESTRAS son MAESTRAS EN MAYÚSCULA.
Enhorabuena por tu entrada porque me ha emocionado y FELICIDADES A ESTAS MAESTRAS.
Un abrazo desde aula de infantil.
Carmen, soy Aurora. Apenas puedo escribirte. Acabo de leer tu artículo por casualidad y estoy totalmente conmocionada.
Ni los medios de comunicación que asistieron ese día ni los medios de comunicación que tanta difusión le están dando ahora al proyecto de los peques, podrían igualarte jamás en cuanto al nivel de análisis que tú, sin ser periodista, has sabido obtener de aquel mágico día y del proceso que les lleva a estos peques a brillar así.
Es el mejor artículo sin duda, que he leído entre todos los que se han publicado esta semana con la reciente conferencia de ellos en la universidad.
Todavía me cae una lagrimilla.
Mañana mismo se lo leeré a los peques.
Increíble, de verdad.
Gracias Aurora, os echamos mucho de menos a Verónica y a ti en el grupo.
Besotes y enhorabuena por lo que estáis haciendo.
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