miércoles, julio 27, 2016

De nuevo pierde la escuela






Estos días estamos asistiendo a una auténtica vorágine de maestras y maestros alucinando por la pérdida de vacantes de Educación Primaria.
El fenómeno no es nuevo, ya lo hemos vivido antes, aunque, tal vez no, sobre una herida tan abierta y viendo como día a día se deteriora lo que tanto trabajo costó construir.
Hace muchos años ya, que la administración decidió que la música en las escuelas no las podía dar una persona que solo tuviese el título de maestra generalista y decidió implantarla como especialidad.
En aquel entonces aquella decisión a mi me costó perder mi plaza definitiva como maestra de primaria y tener que desplazarme de colegio a favor de la persona que tenía la especialidad de música.
No se mejoraron los centros añadiendo un recurso nuevo, se sustituyeron plazas obligando a los especialistas a atender una tutoría y su especialidad en todos los niveles de primaria.
Son muchas las personas que tienen que atender tutorías y diferentes niveles de una determinada especialidad, lo que las obliga a planificar, a veces, demasiados cursos y, a veces, demasiado deprisa.
Ahora asistimos a una nueva vuelta de tuerca a la primaria, la implantación de un segundo idioma (45 tristes minutos a la semana), bueno no, la implantación del francés, que para esto somos muy "monopensantes" a costa del profesorado de primaria.
No se envían recursos extra, se eliminan plazas generalistas y quienes lleguen con la especialidad de francés tendrán que atender tres niveles (1º, 3º y 5º por ahora) más una tutoría en primaria.
Para poder hacer esto, en algunos casos en su tutoría alguna otra persona tendrá que dar una de las áreas que cualquier tutor o tutora daría normalmente.
Así no es raro que asistamos a la maravillosa experiencia de que un aula de primaria las pobres criaturas sufran que pasen por sus manos: el tutor o la tutora, la persona especialista de inglés, la especialista de E.F, la especialista de música, la de "religión" y la de francés o la que da cualquier otra área que su tutora por dar francés no puede darle.
Estamos hablando de un mínimo de seis personas para niñas y niños de entre seis y once años.
Y siete si nos vamos a un centro bilingüe, donde además de la persona especialista de inglés aparece la figura del profesorado de área bilingüe.
Eso añadiendo la divertida y genial idea de nuestra queridísima LOMCE, que nuestro gobierno regional ha tenido a bien conservar, de tener franjas horarias de 45 minutos.
¿Nos hemos vuelto chalados?
¿A alguien en algún lugar de este país de locos se le ha ocurrido pensar que una criatura en esas edades necesita más estabilidad que la que aportan seis o siete personas entrando y saliendo frenéticamente de un aula? 
Y ahora pediremos que en ese universo de entradas y salidas nuestro alumnado pueda de forma tranquila trabajar de manera interdisciplinar y tener tiempo para planificar proyectos, aprender a buscar, seleccionar y procesar información en diferentes medios, reflexionar sobre los procesos, autoevaluarse y trabajar de forma colaborativa, trabajar la democracia y las emociones...
Definitivamente estamos totalmente "descabezaos" y nos importan muy poco la personas, las pequeñas y las grandes.
Es muy desesperante ver cómo día a día nuestras escuelas públicas pierden docentes, aumentan ratios, las bibliotecas no tienen horas suficientes para su gestión, las TIC, que vivieron un momento de explendor hace unos años y en las que fuimos referente, están moribundas y a merced de la buena voluntad de unos pocos kamikaces, los presupuestos son cada vez más ridículos y llegan a destiempo cuando ya ha pasado todo el curso escolar...
Y de paso aumenta la oferta de la privada, o lo que es peor la concertada (ese modelo de privada para pudientes que pagamos todos con nuestros impuestos) y cada vez más, la educación pasa a ser el nuevo ladrillazo, el nuevo negocio del siglo, la nueva gallina de los huevos de oro, en manos "de los de siempre" y como un servicio solo "para los de siempre".
Y una vez más hay que respirar hondo e intentar no caer del todo en la desesperación, el agobio, el agotamiento, el desaliento, el hastío...












3 comentarios:

Magnífica dijo...

Llevo, desde hace algún tiempo, intentando decir todo lo que has dicho. Te doy las gracias, ya me siento menos sola. Si me permites,y aunque no nos importe el qué dirán, aporto algo más: la mirada gélida de incomprensión de los que están fuera de nuestro vórtice. Espero que todo tenga arreglo :(...pronto.

Magnífica dijo...

Llevo, desde hace algún tiempo, intentando decir todo lo que has dicho. Te doy las gracias, ya me siento menos sola. Si me permites,y aunque no nos importe el qué dirán, aporto algo más: la mirada gélida de incomprensión de los que están fuera de nuestro vórtice. Espero que todo tenga arreglo :(...pronto.

Carmen Cañabate dijo...

Gracias por comentar Patricia, todos esperamos que esto pare e inicie un cambio a mejor, pero por ahora cada vez cuesta más no perder la esperanza.