martes, diciembre 31, 2013

El final, siempre es un comienzo


En estos días he encontrado por la red un vídeo que resume en 60 segundos el año 2013. Poco tiempo para todo un año, más aún cuando la mayor parte del vídeo son imágenes terribles de muerte, de violencia, de destrucción natural..., claro que muy acorde con las noticias que los medios de comunicación nos trasladan como más importantes a diario, creando un estado de amargura y desesperanza que nos hace mucho más resignados en la idea de que es tanto lo malo que nada lo  puede cambiar.
También me llega una herramienta en Twitter que en un minivideo, en más o menos ese tiempo resume mi año 2013 en esta red social. pero en este caso, la visión es optimista: mis tres mejores fotos, mis tres seguidoras más asiduas, mi tweet "de oro" y alguno que otro que puedo añadir.
Porque en este mundo donde se han empeñado en que todo parezca terrible, existe un día a día en el que también pasan las mejores cosas en los más diversos entornos y en el que la película de Twitter es mucho más real aunque la otra se empeñe en derribar nuestro ánimo.
Y es que, día a día, hay millones de personas que se levantan a luchar desde el pequeño espacio de su vida por un mundo mejor.
Puede que en la foto del grupo mundo no salgan, pero en la de su casa, en la de su barrio, en la del grupo de las personas que las quieren si que están, y están en grande, como referente, como modelo, como ejemplo o como compañía de lujo para conseguir cambiar el mundo a mejor.
Así, aunque personajillos anodinos, decrépitos y peligrosos como nuestro Gollum Wert, que se empeñan en acabar de derribar esa escuela pública, aun débil y que tanto nos ha costado construir, parezcan los protagonistas principales de este año 2013, en realidad no lo son,  son muchas más las personas que realmente construyen esa escuela y que, legisle lo que legisle nuestro penoso gobierno van a seguir construyendo escuela.
Personas como Jurjo Torres y su juramento ANTI-LOMCE que nos animan a no parar aunque todo parezca imposible.
Miles y miles de maestras y maestros que día a día inventan, construyen, imaginan que otra escuela es posible personas como Mª José, Paqui, Loleta, Sofía, Ana, Mª Jesús, Marisa, Luis Alfonso, Encarna, Carmen P., Jose Luis, Auxi, Luis, Carmen G., Jacinto, David, Pepa, Juan, Cristina, Gloria... y tantas y tantos que no pararía de escribir en todo el año que viene.
Por todas ellas y todos ellos, porque estoy segura de que conseguirán lo que se proponen, porque su lucha es contra quienes se están cargando la escuela pública, pero sobre todo, su verdadera lucha está en los corazones de miles de niñas y niños que son nuestra esperanza de futuro, por esa personas quiero yo brindar al cierre de este año que termina y pedir para el que comienza que la vida las mantenga cerca de mí, como apoyo, como referente, como personas amigas.