sábado, septiembre 15, 2018

Mejor docente de España



Después de una semana superintensa en la que la jornada de trabajo se ha ampliado por encima de mis posibilidades, esta sobremesa me he lanzado al sofá como quien se engancha a un salvavidas en medio de un naufragio. Por eso, cuando mi amiga Sofía me ha dado la noticia por wassap, no sabía si era efecto del exceso del sofá o era real lo que me estaba contando.
¡¡¡¡Me han nominado al Premio Educa Abanca. Mejor docente de España!!!!!
Mi primera reacción ha sido reirme, reirme mucho, de hecho aún me sigo riendo.
He recibido montones de enhorabuenas que agradezco.
Lo que sí me emociona es saber a quien debo esa nominación y que es, sobre todo, producto de un cariño inmenso, por algo de lo que recibo mucho más de lo que doy.
¡Eso sí que es un premio! Que alguien pueda pensar en tí como la mejor maestra de España.
Yo ya lo tengo, porque el otro estoy segura de que no y además creo que es otro espejismo más en este desierto en el que están sumiendo a la educación pública de nuestro país.
"Soy mayó" lo digo cada vez más porque es verdad y porque me encanta que quienes están a mi alrededor me digan que no es verdad.
Pero sí, ya soy mayor, y lo noto porque empiezo a quejarme demasiado de algunas cosas "modernas"
¡Soy maestra, me encanta ser maestra!
Es un lujo que disfrutes con aquello por lo que te pagan, y a mí me pagan de diferentes modos, por un lado en el banco todos los meses y por otro y para nada menos importante con la alegría, los abrazos, los esfuerzos, las risas y la superinteligencia de mis criaturas.
Son geniales, me hacen reir, casi tanto como regañar, porque como dice mi Mario soy "una maestra de reganá", pero no porque ellos se lo merezcan, sino porque en la mayoría de las ocasiones que regaño creo que no estoy a su altura.
Miro hacia atrás en mi camino y me admiro de todo lo que he aprendido gracias a otras maestras geniales con las que me he ido tropezando y digo maestras porque en general han sido mujeres las responsables de mi crecimiento profesional y en muchos casos también personal.
He aprendido sobre todo a creer que las niñas y los niños pueden mucho más de lo que las personas adultas nos creemos, a saber que la diversidad es una fuente de riqueza y que ayuda a que todas y todos sean mejores personas.
Creo en la escuela pública con todas mis fuerzas, en una escuela pública de calidad, en la que no se escatimen esfuerzos por conseguir que todas las niñas y niños tengan la mejor educación posible.
Y corren malos tiempos para eso.
Cada vez con menos recursos, ratios más altas, bajas que no se sustituyen, centros deteriorados que nadie arregla, aulas sucias porque las limpia personal escaso y con trabajos precarios, temperaturas que imposibilitan desarrollar el trabajo con dignidad, comedores gestionados por empresas cuyo principal objetivo es ganar dinero, docentes a quienes se responsabiliza de no dar la talla en evaluaciones absurdas y carísimas para nuestros propios bolsillos.
Paralelo a todo eso, ha aparecido el mundillo de las redes, donde compartir con otras personas nuestros esfuerzos por mejorar la educación, aprender de gente estupenda y compartir experiencias y reflexiones y a veces desasosiegos y dudas.
Pero también una especie de carrera absurda a ver quien da más en el mundo de la innovación, innovar se ha convertido en una especie de maratón en el que siempre tienes que mejorar el récord, empieza a no importar el cómo, ni el qué, lo importante es conseguir inventar algo que nadie haya hecho, ser más original que nadie o más divertido, hemos convertido la escuela en un lugar de ensayos y divertimentos sin mayor respaldo teórico y sin una reflexión verdadera de si lo que hacemos ayuda o no al crecimiento personal de nuestro alumnado.
Ponemos términos ingleses a cosas que se han hecho toda la vida y parece que hemos inventado la rueda, usamos un ordenador o una plataforma gamificadora y nos convertimos en la repera.
Así en toda esa vorágine puedes encontrar como recomendado por la propia administración un blog lleno de plagios y con una filosofía totalmente contraria al currículum oficial que debemos impartir en los centros,  porque lo importante es que parezca que tenemos algo nuevo cada día, aunque no sea realmente nada nuevo, así le cambiamos el nombre a cosas que al final son lo mismo que despreciábamos hacía poco.
No nos damos el tiempo para pensar, para analizar, para reflexionar y lo peor es que en esa vorágine tampoco les damos tiempo ese  a nuestra chavalería.
Y lo peor es que al final este sinsentido da pábulo a quienes defienden que antes se enseñaba mejor, que la letra con sangre entra o que quienes no aprenden es porque no se esfuerzan.
Ser docente es difícil, muy difícil.
Requiere paciencia, mucha paciencia, una gran dosis de capacidad de escucha, encontrar caminos diversos para llegar y poder andarlos todos a la vez, sin dejar de la mano a nadie, pero sobre todo a quienes tienen su camino más lleno de piedras.
Ser docente requiere que pienses cada día que has enseñado de verdad y si lo que has hecho ha servido para que aprendan algo nuevo o les ha hecho crecer como personas.
Ser docente significa conocer los caminos que otros ya comprobaron y leer, leer mucho, y escuchar y ver y querer.
Son muchas las personas que lo hacen cada día muy bien, que lo hacen mucho mejor de lo que les han enseñado y mucho mejor de lo que las condiciones en las que trabajan se lo permiten y muchas, la gran mayoría lo hacen en silencio, sin ninguna trascendencia mediática pero con gran repercusión en las pequeñas vidas que les rodean.
Tengo la suerte de conocer a muchas de ellas.
Todas ellas son las mejores docentes de España.

-¿Estamos llegando ya?- se las arregló al fin Alicia para preguntar.

-¿Llegando ya?- repitió la Reina-. ¡Pero si ya lo hemos dejado atrás hace más de diez minutos! ¡Más rápido!- y continuaron corriendo durante algún rato más, en silencio y a tal velocidad que el aire le silbaba a Alicia en los oídos y parecía querer arrancarle todos los pelos de la cabeza, o así al menos le pareció a Alicia.
-¡Ahora, ahora! -gritó la Reina-. ¡Más rápido, más rápido!
Y fueron tan rápido que al final parecía como si estuviesen deslizándose por los aires, sin apenas tocar el suelo con los pies; hasta que de pronto, cuando Alicia ya creía que no iba a poder más, pararon y se encontró sentada en el suelo, mareada y casi sin poder respirar.
La Reina la apoyó contra el tronco de un árbol y le dijo amablemente:
-Ahora puedes descansar un poco.
Alicia miró alrededor suyo con gran sorpresa.
-Pero ¿cómo? ¡Si parece que hemos estado bajo este árbol todo el tiempo! ¡Todo está igual que antes!
-¡Pues claro que sí! -convino la Reina-. Y ¿cómo si no?
-Bueno, lo que es en mi país -aclaró Alicia, jadeando aún bastante – cuando se corre tan rápido como lo hemos estado haciendo y durante algún tiempo, se suele llegar a alguna otra parte…
-¡Un país bastante lento! -replicó la Reina- Lo que es aquí, como ves, hace falta correr todo cuanto una pueda para permanecer en el mismo sitio.
“Alicia a través del espejo”
Lewis Carroll  



10 comentarios:

auxbel dijo...

Eres la mejor docente de España, yo ya lo sabía. Lo sé hace muchos años. Siempre lo he dicho y lo mantengo. Llevo a gala conocerte y eres un espejo donde mirarse. Enhorabuena amiga!!!!

Carmen Cañabate dijo...

Jajajajaja yo también te quiero Auxi y te admiro, hemos tenido mucha suerte en cruzarnos con gente maravillosa que hemos intentado ser felices y hacer felices a quienes nos rodeaban a través de el mejor trabajo trabajo que sabíamos hacer. Yo también me siento muy afortunada.

lola dijo...

No sé si eres la mejor o la requetemejor, si sé que tropezarme contigo es de las cosas más que buenas que me han dado las redes. Leerte, saberte y de vez en cuando, menos veces de las que una quisiera, darte un abrazo y charlar, es un lujo que quiero tener siempre.

marisa dijo...

Yo quiero ser como tú. No necesitas premios porque tú eres única e irrepetible

Mar Serón dijo...

En primer lugar felicidades por la nominación.
El reconocimiento a la labor profesional es algo grato y precioso.

En segundo lugar aún más feliz porque plasmes en las redes esta reflexión que hace parar a muchos y a muchas que reúnen “méritos” como si estampitas se tratase.
Ello te ha hace aún más merecedora de un reconocimiento ya no como docente sino como persona.

Somos maestras y los premios son y deben ser las caritas felices de nuestro alumnado, sus avances y el cariño con el que trabajamos con familia y otros docentes.

Salirnos de ahí es “guay”, “divertido” y “glamouroso” pero que no podemos olvidar que ese no es ni nuestro objetivo ni nuestra pretensión..

Somos maestras y tú además te otorgo el título más bonito aunque no te de un diploma ni monte un evento para ello:
Maestra de maestras.

Loly Álvarez dijo...

Yo sé que desprendes alegría y eso es muy bieno en la educación. Enhorabuena. Un beso

Carmen Cañabate dijo...

Lola #meencantas eres superauténtica y efectivamente tendríamos que estar más cerca.
Marisa eres de las personas de las que más he aprendido en mi vida, tu sabes que si algo admiro yo en este mundo es tu capacidad creativa y tus inagotables ganas de trabajar.
Mar, gracias, tal vez sea la edad que me da la sensatez de saber el verdadero valor de las cosas, tenemos una profesión preciosa pero muy compleja y ser el mejor o la mejor es imposible, es un trabajo de conjunto o no es un buen trabajo. Es verdad que el cariño y calor de quienes te quieren y te halagan es maravilloso, pero sin perder la perspectiva, somos muchas las personas que merecemos, no premios, pero si reconocimiento a nuestra labor en forma de respeto y mejora de nuestras condiciones laborales.
Lola tengo mucha suerte, la gente me quiere y me lo paso bien trabajando ¡¡¡¡Un lujazo!!!!!!!!

Seño Palmira dijo...

Oh! Enhorabuena! Acabo de leerlo.Yo, que me muevo muy poco por este territorio de redes. Eres única como docente,como mujer y como persona. Eso si:echo de menos compartir algunas de esas caminatas contigo.Un abrazo!

Cris dijo...

Me han encantado tus palabras. No sé si eres la mejor, lo que sí estoy segura es de que eres muy muy grande, desde que te conozco has luchado por una educación mejor para nuestros niños y niñas, una educación que te sale del corazón y siempre has dado lo mejor de ti misma, así que creetelo porque eres una gran maestra y te mereces de sobra ese premio. Un besazo preciosa

Carmen Cañabate dijo...

Mi Palmira!!!!!!!!!!!!!! yo también echo de menos nuestras caminatas.
Gracias Cristina, lo intento lo de dar lo mejor, en cuanto a merecerlo somos muchas las que lo merecemos, todas las que habéis pasado por aquí sin ir más lejos, pero ya lo recibimos día a día en achuchones, dibujos plagados de corazones y secretillos compartidos.