jueves, septiembre 15, 2022

De vuelta al paraiso

 

 


Hoy amaneció un poco más fresquito, así que me atreví a comenzar de nuevo mi voluntariado bibliotecario en mi “cole”. Noto en el ambiente que va a ser un buen curso y que la gente está deseando de que sea de verdad el curso en el que vuelva la normalidad.

Me emociona esa bajada a la biblioteca escuchando por el camino un coro de vocecillas alegres a modo de banda sonora de un cole feliz. Mi biblioteca me esperaba, silenciosa y casi en penumbra. He abierto las ventanas y sentido el aire fresquito que anuncia que este tórrido verano se va ya, aunque sea poco a poco. Hago algunos cambios en la mesa y manos a la obra que en junio quedaron muchas devoluciones por colocar. Hoy tocó eso.

Tenemos mucha ilusión y proyectos para el curso que comienza. Por lo pronto el eje vertebrador en el cole este curso va a ser “Nuestro patio”, un proyecto interesante que se comenzó el curso pasado como proyecto de innovación con un trabajo superinteresante con el alumnado planificando el patio que querían.

Me encanta esta idea aunque no es nueva para nosotras, ya en los primeros cursos en los que el colegio inició su andadura, fue uno de nuestros primeros proyectos. Conseguimos que el alumnado investigara sobre cómo hacer un proyecto de creación de un parque infantil e hiciera el suyo propio, y además, que fuera consciente de las dificultades de realizar “los sueños” que cuestan dinero y que las cosas se consiguen a veces poco a poco y con mucho esfuerzo. No llegaron muchas de las cosas que querían pero si algunas mejoras en el patio de colegio y el nacimiento de nuestro huerto escolar. Poco a poco nuestro patio ha conseguido también gracias a las familias “mesas de trabajo en la zona de la rampa” y en el patio exterior de la biblioteca, nidos para los pájaros, bancos y papeleras, zona de juegos...

Lo más interesante también ha sido la gestión de los espacios a través de la asambleas de aula y de centro en las que el alumnado ha reflexionado sobre quienes ocupan cada espacio y cómo hacer más igualitario el uso de estos. Ha sido todo un proceso de ajuste para que nadie se sintiera excluido de las zonas que más les gustan.

Durante todo ese tiempo, la lectura, la escritura y la oralidad han sido el pilar imprescindible para ir caminando y la biblioteca el lugar dónde hemos ido encontrando recursos para dar respuesta a todos esos proyectos, a su vez los fondos de la biblioteca han ido creciendo con este objetivo, entre otros. Este curso seguiremos repensando mejoras y crecerá nuestra biblioteca junto con los proyectos e ilusiones de nuestras niñas y niños junto con el resto de la comunidad escolar.

También el curso pasado recogimos algunas ideas al retomar los préstamos sobre lo que más se llevan. Un caso especial son los libros de animales, porque a pesar de que tenemos muchísimos, se los “beben” en los préstamos, sobre todo, las clases de infantil son unas apasionadas de ellos: grandes animales oceánicos , arañas y otros animales “peligrosos”, animales de la selva..., cargan con ellos con unas carillas emocionadísimas porque van a ser solo suyos en casa durante unos días.

Siempre lo he pensado, pero nunca lo había vivido con tanta intensidad como ahora que es mi “entrenimiento de jubilada”, las bibliotecas escolares son un pozo sin fondo de trabajo en un colegio si verdaderamente se cree en ellas y necesitan tiempo y recursos en cantidades muchísimo más grandes de las que tienen ahora.

Las maestras y maestros estamos acostumbradas a que nos racaneen el tiempo que dedicamos a labores importantes fuera de las horas de docencia y es una pena que no exijamos con más contundencia a la administración ese tiempo y esos recursos para que nuestras bibliotecas sean como deberían el corazón y el cerebro de nuestras escuelas.